República Dominicana. El acompañamiento es clave para la sostenibilidad del Convenio “Vidas libres” de violencias

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  • Categoría: Cooperación internacional
  • Fecha: 26 de Abril de 2023

Beatriz Gallart es coordinadora de la delegación de InteRed en República Dominicana, psicóloga de formación, coordina el Convenio, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID): Por el derecho de mujeres, jóvenes y niñas a una vida libre de violencias, incidiendo en la prevención desde el ámbito educativo y comunitario para la reducción de la violencia basada en género y la prevalencia del embarazo adolescente.

Define, con una palabra, el trabajo de este Convenio en prevención de violencias machistas, que desarrollamos, junto con nuestras organizaciones socias locales en República Dominicana, con el apoyo de AECID

La palabra que lo define es Alianza porque en este Convenio somos cinco organizaciones socias locales; y, además, para poder llevar a cabo muchas de las estrategias, nos aliamos con organizaciones gubernamentales, organizaciones de base comunitaria, organizaciones municipales… La alianza es lo único que nos permite crear y desarrollar procesos conjuntamente con mucho impacto.

¿En qué consiste el trabajo de este Convenio en su componente educativo, municipal y comunitario?

Se diseñó una estrategia integral en los tres ámbitos: educativo, comunitario y municipal, con un paraguas en la coeducación para la prevención de violencias machistas, pero manifestándose esta violencia, en el embarazo en la adolescencia y en las uniones tempranas. Para cada ámbito se desarrolló una planificación específica: en el ámbito educativo, se trabaja con formación al profesorado con toda una estrategia de coeducación para la aplicación de las metodologías y la pedagogía dentro de centros educativos para la reducción de estereotipos y deconstruir todas estas violencias naturalizadas y, que permeen para que niños y niñas se apropien de esta desnaturalización de deconstrucción; tenemos también un componente de sensibilización dirigido a padres y madres.

En el comunitario, el foco está puesto en mujeres lideresas, comunitarias y campesina de CONAMUCA (Confederación Nacional de Mujeres del Campo), y en jóvenes de las zonas rurales: la estrategia se basa más en la acción; es decir, las lideresas realizan procesos formativos, y después se apropian de estrategias para abordar la prevención de las violencias y deconstrucción de todo lo que está naturalizado a nivel cultural, aterrizándolo  en los espacios de escucha que se conforman en las comunidades; y estos espacios de escucha, además son espacios de confianza donde las mujeres participan, acompañan a otras mujeres víctimas de violencia o previenen algunos casos.

A nivel juvenil, esta estrategia se enfoca también en procesos formativos, pero para que las y los jóvenes puedan ser multiplicadores con otras y otros jóvenes, reproduciendo el mensaje de cómo deconstruir toda esta naturalización de las violencias que existe a nivel cultural, y cómo prevenir los embarazos en adolescentes y uniones tempranas. Es importante destacar el trabajo que se está realizando con grupos juveniles artísticos que están aprendiendo a tocar instrumentos vinculados a la cultura afrodescendiente como una forma de reivindicación de su identidad, pero también como espacios de reflexión y análisis de la cultura patriarcal y colonial.

En el ámbito municipal, se prioriza el trabajo dentro de los Ayuntamientos, con el personal de funcionariado local, donde hay procesos de formación también, pero desde la perspectiva del funcionariado público, de cómo se tiene que implementar la ley municipal con enfoque de género. Cuál es su rol y su responsabilidad como servidores públicos; se enfatiza sobre todo lo que tiene que ver con las políticas de prevención de la violencia y, principalmente, en embarazos en  adolescentes; En este ámbito también se realiza un trabajo que se desarrolla con la sociedad civil a través de organizaciones de base, juntas vecinales, sindicatos… todo el tejido social que hay en un municipio con procesos de formación para promover conocimientos que les permita hacer incidencia y seguimiento para el cumplimiento de las políticas municipales con enfoque de género y políticas de prevención.

 

¿Qué importancia le das a la vinculación de las autoridades en estos procesos?

Tiene mucha importancia, porque en República Dominicana, el problema no es que falten las leyes, sino que falla la aplicación de las mismas leyes que, responde más a las prioridades de los partidos políticos, en vez de a las prioridades de las políticas públicas. La mayoría de las veces se asignan o eligen personas, que no tienen conocimientos de su cargo, ni de sus funciones, ni en género, ni en derechos humanos, ni de políticas… el Convenio viene a clarificar cuál es el rol como concejal o concejala, como responsable de la Unidad de Género del ayuntamiento, lo que exige la ley y cómo se puede aplicar. Además, a la ciudadanía se le facilitan las herramientas para que puedan exigir el cumplimiento de las leyes y las políticas públicas.

¿Cómo reciben las propuestas las Organizaciones Socias Locales (OSL), los y las educadores, las familias, las comunidades?

Las OSL son parte de la construcción de las propuestas, no las reciben, si no que las elaboramos conjuntamente en la identificación entre InteRed y las OSL con sus organizaciones de base y sus comunidades. Reflejan de lo que son partícipes, sea del colectivo docente, de las familias o de la municipalidad… Estos procesos de identificación son previos a las propuestas. Una vez que se ponen en marcha, se apropian de ellas, con mucho interés, porque saben que vienen a resolver necesidades que a nivel gubernamental no se están resolviendo y que además, las estrategias planteadas han sido validadas con ellas y han sido protagonistas de estos procesos… Saben que, una vez que nos retiremos del proyecto, tienen la responsabilidad de darle continuidad  con lo que aprendieron, tanto para hacer incidencia como para llevarlo a sus contextos personales y sus vidas laborales.

Toda la articulación que se hace con los y las docentes es con el Ministerio de Educación, así cuando diseñamos estrategias, están muy contextualizadas en el ámbito educativo.  Como las propuestas se han identificado previamente, los educadores y educadoras responden muy bien porque son necesidades que tienen. Una experiencia maravillosa de este año, es el Diplomado de Coeducación, tuvimos que hacer grupos más grandes porque era tanta la motivación de participación, que nadie se quería quedar fuera. Vimos también como en el día a día de la formación, iban generando prácticas diferentes en el aula. Tenemos el caso de una profesora de matemáticas que integró una nueva práctica de empezar el día con una reflexión de una mujer feminista, o de avances e inventos de las mujeres. Se ve cómo realmente se apropian de los conocimientos y lo aplican en el aula.

En las comunidades trabajamos con lideresas campesinas de CONAMUCA y con jóvenes del contexto rural, de una forma más activa; en este caso, por ejemplo, inicialmente planteamos cuatro o cinco grupos de escucha; y se han generado 12, porque han visto la necesidad, además, van a crear Red con otros grupos para apoyarse mutuamente.

Con los y las jóvenes, se han formado gran cantidad de jóvenes. El diseño de la estrategia la han elaborado ellos con sus pares para seguir multiplicando. Les hemos orientado y apoyado, pero ellas y ellos deciden cuál es la que quieren llevar a cabo. Es una apropiación real de los procesos.

Con las familias, por el tema del Covid, las clases han sido semipresenciales hasta el 2022; desde el ámbito educativo y municipal, sí hemos tenido con ellas reuniones y acogen muy bien los procesos porque al final son sus hijos e hijas los que están siendo violentados.

Para todos los procesos es muy importante el acompañamiento que realizamos a las organizaciones socias para aterrizarlos en sus contextos.

 

¿Cómo ves la sostenibilidad de los procesos que se realizan?

Todo el trabajo en cada ámbito educativo, comunitario y municipal va muy de la mano con cada uno de los colectivos, pero también con entidades gubernamentales o locales. Por ejemplo, el Ministerio de Educación lo sostiene porque se apropian de los procedimientos, como los de la mejora de la planificación de los centros educativos; la Dirección de Equidad y Género asume como propio el diplomado de Coeducación, y puede seguir impartiéndolo una vez finalizado el proyecto. Los centros educativos también se apropian porque trabajamos las normas de convivencia, y otras normativas, que se modifican para integrar la perspectiva de género, los equipos de gestión respaldan estos cambios y los ponen en prácticas. El trabajo se sostiene, aún viniendo personal o equipos nuevos, porque las capacidades quedan instaladas y las normativas se quedan en los centros educativos.

A nivel comunitario se sostiene porque parte de las estrategias son las que CONAMUCA ha propuesto y responden a sus necesidades. Los espacios de escucha, impulsado por las lideresas, son espacios de confianza y de compartir que se integra como parte de sus rutinas.

El trabajo con jóvenes es un poco igual, son agentes multiplicadores que ven la necesidad, pero hay todo un componente de los grupos culturales juveniles de CONAMUCA, estos grupos además han trabajado con toda la parte de música, que es tan importante en dominicana y tan identitaria. Son espacios de ocio dónde se reúnen los jóvenes, hablan de diferentes temas, pero el punto de enlace, por ejemplo, es la música afrodescendiente. Se trabaja mucho desde la identidad de la propia cultura para que los procesos se inserten, se apropien y continúen.

Destaca dos buenas prácticas de este Convenio

Una de ellas es el trabajo con las Jóvenes de CONAMUCA, una de las dificultades cuando empezamos la identificación de este trabajo era que en las comunidades rurales tenían muy poquitas oportunidades de formación e información; el problema era como trabajar una situación tan difícil como las violaciones de niñas, de los temas vinculados a la sexualidad, a las violaciones de hombres adultos, a embarazos tempranos en las niñas por estos hombres  adultos y como está tan naturalizado, no se denuncia. Tuvimos una propuesta desde líderesas y grupos de fe para hacer un trabajo en educación afectivo sexual y generar dinámicas desde la mirada de iglesia.

 

Otra de ellas es el diplomado regional, que ha sido todo un esfuerzo porque incluye equipos de trabajo de InteRed en Guatemala, Bolivia, República Dominicana y España, más los equipos de las organizaciones socias locales de esos 5 países para una propuesta regional vinculada con los temas de la prevención de las violencias machistas, pero integrando el enfoque de cada país. El proceso en sí mismo ha sido muy enriquecedor. Se han realizado grupos focales de cada país con personas vinculadas a nuestros procesos, pero también docentes y autoridades locales, que ha motivado una recogida de información de diferentes colectivos, países y enfoques. Ha sido una riqueza todo el proceso para pensar conjuntamente las estrategias para aterrizar la prevención de las violencias en los diferentes contextos.

¿Se avanza en derechos de las mujeres en República Dominicana?

Si y no. Si miramos a nivel legislativo, por ejemplo, se ha aprobado, en el 2021, la ley de eliminación del matrimonio infantil, que permitía, en dominicana, que niñas de 15 años podían casarse; no se avanza en derechos porque las leyes no se aplican. Hay más visibilización de las problemáticas a nivel contextual y el movimiento feminista sigue luchando para avanzar.

¿Qué lección aprendida destacarías de este trabajo?

El Convenio se inicia en 2019, cuando estamos empezando a arrancar las estrategias, llega la pandemia de Covid con todo lo que implica cancelar cualquier proceso presencial… pero las mujeres seguían sufriendo violencias, y el problema era aún más grave. Resalto la capacidad de adaptación de los equipos, de las comunidades educativas, las municipalidades, las mujeres campesinas… a los nuevos procesos de forma virtual, al acompañamiento online, que al principio fue todo un esfuerzo, pero que sí funcionó y ha sido eficaz. Cuando se volvió a la presencialidad, combinamos procesos mixtos: presenciales y virtuales y logramos mucho más impacto y llegar a mucha más gente y que participe.

¿Cuál es tu fuente de inspiración?

Descubrí, no hace mucho tiempo, una feminista activista, social, afroamericana que se llama Bell Hooks y de la que he leído varios libros, y su propuesta política feminista, ella era académica, sobre la opresión de la raza, vinculada al capitalismo. Ella no entiende la lucha de las mujeres si no está vinculada al análisis de todas las opresiones por raza, las opresiones del capitalismo sobre las mujeres. Me leí “El feminismo es para todo el mundo”, donde da unas pinceladas maravillosas de reflexión, defendiendo la negritud, que no se ha tenido tanto en cuenta desde los feminismos occidentales.

¿Pide un deseo?

El deseo real, y sin caer en la utopía, es que haya más responsabilidad política, en el sentido de que las personas que asuman cargos políticos, a nivel estatal o local, estén realmente comprometidas con las personas.